En comparación con la manzana, el plátano tiene cuatro veces más proteínas, tres veces más fósforo, cinco veces más vitamina A y hierro y el doble de las demás vitaminas y minerales. También es muy rico en potasio y uno de los alimentos más nutritivos que existen. Los plátanos contienen tres azúcares naturales (sucrosa, fructosa y glucosa) combinados con fibra. De esta forma, un plátano aporta energía de modo instantáneo, sostenido y sustancial (de lo contrario, el azúcar podría ser perjudicial). De acuerdo con las investigaciones, tan sólo dos plátanos aportan la energía suficiente para realizar un ejercicio intenso de 90 minutos de duración. Además, se ha observado que el plátano está indicado para una serie de enfermedades y transtornos:
- Depresión: las personas deprimidas suelen sentirse mejor después de comer un plátano, debido al triptofano que contiene, un tipo de proteína que el cuerpo transforma en serotonina. Esta poderosa hormona es conocida porque relaja, mejora el buen humor y en general permite sentirse más feliz.
- Síndrome premenstrual: la vitamina B6 del plátano ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, lo que puede influir positivamente en el estado de ánimo y calmar el sistema nervioso.
- Anemia: los plátanos, ricos en hierro orgánico (frente al hierro inorgánico utilizado en los suplementos minerales), estimulan la producción de hemoglobina y, por tanto, reducen la anemia.
- Tensión arterial y capacidad cerebral: ricos en potasio, aunque pobres en sodio, los plátanos contribuyen de modo muy eficaz a equilibrar la tensión arterial. Gracias a ese efecto, la autoridad estadounidense competente en cuanto a la regulación de medicamentos y alimentos ha permitido al sector del plátano declarar oficialmente que esta fruta reduce el riesgo de sufrir problemas de tensión arterial y derrame cerebral. Por el mismo motivo, se ha observado que los estudiantes prestan más atención y aumentan su rendimiento académico si comen plátanos regularmente.
- Estreñimiento: ricos en fibra, los plátanos ayudan a restablecer el funcionamiento intestinal de las personas que sufren estreñimiento.
- Ardor de estómago: gracias a su efecto antiácido natural, los plátanos son beneficiosos para aquellos que sufren ardor de estómago. Esta fruta neutraliza el exceso de acidez y reduce la irritación al recubrir las paredes del estómago.
- Náuseas matutinas: comer un plátano entre horas ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre y evitar las náuseas matutinas.
- Picaduras de mosquito: en caso de picaduras de un insecto, si se frota la zona afectada con el interior de la piel de un plátano se reduce, como se sabe, la inflamación y la irritación.
- Nerviosismo: los plátanos son ricos en vitaminas B, que contribuye a calmar el sistema nervioso.
- Transtorno afectivo estacional: los plátanos son beneficiosos para quienes sufren transtornos afectivos estacionales, pues contienen triptófano, un agente natural que mejora el humor.
- Tabaquismo: los plátanos también han ayudado a personas que intentan dejar de fumar. Las vitaminas B6 y B12 y el potasio contribuyen a recuperarse de los efectos de la falta de nicotina.
- Estrés: el potasio del plátano ayuda a normalizar el ritmo cardíaco, envía oxígeno al cerebro y regula el equilibrio hídrico del organismo. En situaciones de estrés, aumenta el ritmo metabólico, lo cual, a su vez, reduce los niveles de potasio; los plátanos pueden contrarrestar este efecto del estrés.
- Derrame cerebral: de acuerdo con varios estudios publicados en el The New England Journal of Medicine, comer plátanos regularmente puede reducir nada menos que un 40% el riesgo de fallecimiento a causa de un derrame cerebral.
Hay que tener en cuenta que estas recomendaciones dietéticas no se aplican a todos los tipos corporales por igual. Antes de tomar estos alimentos, es conveniente comprobar en los gráficos alimentarios de cada tipo corporal si son beneficiosos o no.
Extracto del libro "Los secretos eternos de la salud" (Andreas Moritz)
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