lunes, 21 de noviembre de 2011

Dr.Jorge Luis Berra, la mejor hora para meditar


Por el Dr. Jorge Luis Berra

El Ayurveda como ciencia de la vida larga y feliz nos da distintas prácticas, todas complementarias y convergentes. Una de estas prácticas es la meditación.
Hoy se reconocen los efectos beneficiosos de la Meditación sobre las funciones físicas y psíquicas de la persona, sus efectos a largo plazo sobre la salud general del individuo e incluso en la sociedad. Por eso, algunas personas quieren comenzar a meditar ya que sienten la necesidad de frenar el ritmo frenético que están llevando en su vida cotidiana. Otras se enfrentan a procesos de enfermedades serias y quieren utilizar la meditación como un recurso en la recuperación de la salud y/o una mejor calidad de vida.
Muchas personas cuando tocamos el tema de la Meditación, me plantean la pregunta sobre ¿cuál es la mejor hora para meditar?. Esta inquietud se repite de manera sistemática tanto en el consultorio con los pacientes como con los participantes de las diferentes actividades de Ayurveda.
A veces se tiene la falsa idea que la meditación es una acción individual que no se puede valorar mediante el método científico. Sin embargo, existe un impresionante cúmulo de información en las principales revistas médicas del mundo. Un análisis que he realizado de 932 trabajos científicos publicados en las principales revistas médicas del mundo nos muestra que meditar es un método seguro que prácticamente no posee contraindicaciones. Sólo en situaciones muy particulares se sugiere realizarla con el acompañamiento de un guía: trastornos mentales severos como personalidades borderline o disociadas y en la esquizofrenia. Una consecuencia muy importante es, por lo tanto, que la inmensa mayoría de las personas pueden meditar, independientemente de su estado de salud o enfermedad.
La Meditación no consiste en obligar a la mente a que se tranquilice sino a buscar la tranquilidad que ya posee. Cada uno es víctima de su memoria; así lo diagnosticaron los sabios ayurvédicos hace miles de años. Detrás de la pantalla de nuestro diálogo interno existe algo completamente diferente: La paz de la mente que no es prisionera de su pasado. Es éste el silencio al que queremos invocar a través de la Meditación porque en el silencio está la cuna de la Felicidad.
El objetivo central de la meditación es contestar a la pregunta básica "¿Quién soy?". A esta pregunta la meditación da una respuesta que surge desde la experiencia de nuestro interior. Es decir que es un camino para saber quién es uno a partir de la vivencia real de esa fuente poderosa y radiante. Esta misma fuente es la base de la salud y la integridad de nuestro ser. Por supuesto, contestar esta pregunta, requiere un proceso que nos lleva la vida entera.
En todas las culturas, y no sólo en Oriente, encontramos que a lo largo de la historia se ha practicado la meditación, dado que la misma es inherente a la naturaleza humana, a su búsqueda de sentido a la existencia. La Meditación puede ser practicada por toda persona que posea el interés de realizarla, independiente de su edad, conocimientos, nivel social y educativo etc. Es muy importante destacar que meditar no implica un acto extraordinario limitado a ciertas personas con un gran desarrollo espiritual. Meditar es un momento de encuentro con las profundidades del Ser que somos, nada tan sencillo como tan auténtico y verdadero.
Quiero compartir con ustedes el secreto sobre la pregunta que nos hacemos todos cuando decidimos que la meditación puede ser de utilidad en nuestras vidas. Es cierto que, tal vez, desde el punto de vista "técnico" el momento más beneficioso puede ser antes del amanecer. Pero está sugerencia no se puede transformar en un freno o un obstáculo para que meditemos. Con el tiempo y, si nos interesa, a lo mejor nos levantaremos a las 4.30 de la mañana para meditar.
El mejor horario para meditar es cuando nos decidimos empezar y lo llevamos a la práctica. Puede parecer muy simple, pero comenzar a meditar, en el horario que sea, es revolucionario.

Revista Salud Alternativa - Octubre 2005

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