viernes, 4 de noviembre de 2011

Ari Paluch "Cambia tu forma de ver el mundo y el mundo cambiará"


Ari Paluch conduce desde 1996 uno de los programas de radio de más éxito de Argentina, "El Exprimidor" (antes "La Batidora"), que incluye una sección llamada "El Combustible espiritual" que ha dado como fruto el libro que lleva su mismo nombre como título. Paluch asegura que no hace falta creer en Dios para cuidar el espíritu y no dejarse llevar por el ego, uno de los peores defectos del ser humano. El objetivo es alcanzar la paz para estar bien con uno mismo y tener siempre presente que lo que verdaderamente importante no es la meta sino el camino. "Tienes que estar atento a lo que fluye de ti de manera natural para saber cuál es tu misión en el mundo", explica el autor.

- ¿Cómo conseguir estar en paz con uno mismo?
- La filosofía zen dice que la mejor manera de ser tu es olvidándote de ti mismo. Hay que diluir el ego para encontrar la paz interior.

- ¿Y qué es el ego?
- Es el falso ser, una máscara que nos inventamos que se caracteriza por ser insaciable, nos hace compararnos con los otros y querer llevar siempre razón. Dentro de él hay mucho sufrimiento.

- ¿Cómo diluir el ego?
- Durante 20 minutos al día tendríamos que alinearnos con el ser espiritual que llevamos dentro. Cierre los ojos, concéntrese en su respiración, entrelace los brazos y las manos y vaya relajándose poco a poco. Verá como el pensamiento obsesivo se desvanece y entra en una etapa de gozo.

- ¿Y qué sucede durante esa etapa?
- Se abre ante usted un gran espacio para la intuición: el espíritu aflora. Es cuando muchas de las respuestas que en el otro estado no encontrábamos, aparecen. El resto del día iremos tirando en paz.

- Y si decidimos alimentar nuestro ego.
- Cuando entramos en el juego del ego, es decir, de las preocupaciones permanentes, del temor, del sufrimiento, la energía se va consumiendo y nos sentimos muy cansados. El primer paso para superar este estado es aceptar que no lo podemos controlar todo.

- Y nos preocuparemos menos.
- La preocupación excesiva es propia del ego: el ego cree que está en condiciones de anticiparse a los hechos y de controlarlo todo. En cambio, la espiritualidad es mucho más receptiva, te enseña lo que tienes que hacer y a tener fe de que el resto fluirá correctamente.

- Por el contrario, tendremos una mayor predisposición a enfermar.
- Porque la enfermedad es un desequilibrio energético: tu espíritu va por un lado y tu físico, por el otro. Por eso muchas veces las personas enfermas de cáncer tienen un denominador común: su enfermedad empezó a raíz de una separación, la muerte de un ser querido o una pérdida económica. Cuando conseguimos que desaparezcan las razones por las que enfermamos, tenemos más posibilidades de sanar.

- Lo primero es cambiar nuestro pensamiento.
- Exacto. Cambia tu forma de ver el mundo y el mundo cambiará. Imagínate que te aumentan el sueldo – algo utópico hoy en día-, saldrías a la calle y verías Barcelona más bonita que nunca. Si te despidiesen, sentirías probablemente todo lo contrario. Evidentemente, siempre hay razones objetivas.
El cambio empieza por uno mismo eso decía Gandhi-. Tenemos que aceptarnos a nosotros mismos para empezar a ver a los demás de otra manera. Si das amor, recibirás amor, y el mundo te parecerá menos desangelado.

- ¿Quiénes somos?
- Somos lo que pensamos, porque cada acción de la vida que emprendes está precedida por un pensamiento y sucedida por una acción. Pensamientos negativos nos conducirán a acciones negativas y a consecuencias nefastas. La felicidad y el sufrimiento dependen en gran medida de uno mismo.

- Según su filosofía, cada uno tiene una misión en la vida, ¿cómo saber cuál es la mía?- No lo sabrás de manera inmediata, pero te aconsejo que te pongas en marcha; estate atenta a las señales, a las situaciones que te pueden llevar a saber a qué has venido a la Tierra. Fíjate en los demás: la gente percibe cuando estás disfrutando porque tu rostro cambia, tu sonrisa se amplia, no eres consciente del paso del tiempo…

- Nuestro don jugará también un papel importante en nuestra misión.
- Todos tenemos un don que es una especie de poder personal que nos concede Dios provisionalmente y que tenemos que saber administrar para estar en sintonía con lo que venimos a hacer.

- ¿Cómo saber si algo nos ayuda a conseguir nuestro objetivo?
- Yo creo que la espiritualidad no tiene objetivos, tiene consecuencias. Las metas llegan como consecuencia de hacer lo que te corresponde, de comprometerte con la acción, de hacerlo con cariño, de ser compasivo y no hacer una cosa pensando en la que tienes que hacer después. Si por el contrario nos regimos por el ego, la personalidad – el falso yo-, dejaremos de evolucionar. La disyuntiva es: escoger el camino del temor o el del amor.

- ¿Y qué pasa si te equivocas?
- Si tienes claro qué es la vida para ti, a pesar de que surjan algunas tentaciones por el camino que te alejen de tu misión, las vas a rechazar. Si las tomas, no te arrepientas, ha sido una experiencia, saca aprendizaje de ella y vuelve a tu camino.

- Según esta lógica, ¿cómo ver el futuro?
- El futuro depende del presente y si descuidas el presente, el futuro será muy malo. Piensa en que tienes que hacer lo que corresponde para ser correspondido. Una anécdota. Fui a un restaurante donde alguien me advirtió de que tuviera cuidado con la cartera y me obsesioné tanto porque nadie me metiera la mano en el bolsillo que al final me acabaron robando la tortilla.

- No nos tenemos que empecinar.
- El empecinamiento es hijo del ego, que necesita tener razón, no con el objeto de tenerla sino de que el otro esté equivocado.

- ¿Si cambio mi pensamiento, cambiará también mi apariencia física?
- Si una persona está bien por dentro, se notará por fuera. Por supuesto, que Naomi Campbell y Gisele Bündchen son guapas y no te convertirás en ellas por el mero hecho de estar bien espiritualmente, pero hay un cambio en la expresión.

- ¿Lo ha notado usted?
- Soy mucho más guapo que antes. Si consigues potenciar tu espiritualidad, la gente empezará a notarte distinto, radiante. Y recuerden que van a envejecer como viven, por tanto, si empiezan a vivir en paz y serenamente, esto se trasladará al rostro y la expresión. Y si eres guapo siete puntos, pasarás a ser guapo nueve puntos.

- Una mala noticia para las empresas de cosméticos.
- El ego hará que te pongas la crema antiedad más cara, pero te hará parecer más adulto, en cambio si tu actitud es sonriente, no hipócrita, sino natural, el cosmético surtirá más efecto.

- ¿Qué es para usted el éxito?
- Algo parecido a la felicidad cuando estás haciendo lo que te gusta, disfrutas, y estas en sintonía con la razón. Se puede medir por los impedimentos o obstáculos que has tenido que superar.

Entrevista extraída de "La contra", La Vanguardia

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